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Capablanca y su padre
Capablanca y su padre

José Raúl Capablanca y Graupera nació en La Habana, el 19 de noviembre de 1888, cuando Cuba pertenecía aún a España.

 

Aprendió a jugar viendo las partidas que su padre disputaba habitualmente en casa.

Se cuenta la anécdota de que en una de estas partidas, el adversario de su padre realizó un falso salto de caballo. El niño José Raúl, que aún no había cumplido los cinco años, se apresuró a indicarlo, pero su progenitor le mandó callar. Al término de la partida, el niño insistió y, ante el asombro de los mayores, reprodujo la partida completa, indicando cuándo se había hecho la errónea jugada. Invitado a jugar con el visitante, le ganó la partida a cuyo término, al dar mate, José Raúl Capablanca dio una voltereta en el suelo a la vez que exclamaba alborozado: "perdiste chambón!”.

 

Fue, por lo tanto, un niño prodigio que a los 12 años se proclamó campeón de Cuba, al batir en un match al titular, Juan Corzo. A los 16 años se trasladó a Estados Unidos para ingresar en la Universidad de Columbia, donde terminó los estudios de Ciencias Químicas, dedicándose de lleno después al ajedrez. Su primer gran triunfo fue ante Marshall, a los 22 años, aplastando al campeón norteamericano, en un match. 

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En 1911 ganó el gran Torneo de San Sebastián, donde se reunieron los mejores maestros de la época, con la excepción del campeón, Lásker. Su juego sencillo, pero de gran precisión, causó fuerte impresión.

Dos años más tarde, ingresó en el Cuerpo Diplomático de Cuba, siendo destinado al Consulado de San Petersburgo, donde ganó en un match a Alekhine, por 2-0.

Conquistó el título mundial, batiendo a Lásker, en La Habana, el año 1921, por el tanteo de 4 partidas ganadas y 10 tablas, sin sufrir derrota alguna.

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En 1922 estableció unas condiciones muy fuertes para disputar el título, lo que retrasó su primer encuentro de defensa del mismo hasta 1927, en que fue vencido por Alekhine (3 victorias, 6 derrotas y tablas).

 

Alekhine, después, no le concedió la revancha, aceptando, en cambio, encuentros contra rivales de menor categoría que el cubano.

 

Capablanca logró excelentes resultados en torneos, culminándolos con su victoria en el de Nottinghan de 1936, empatado con Botvinnik, delante del entonces campeón mundial, Euwe - al que Capablanca habla vencido, en match, en 1931, por 2-0 y 8 empates-, Alekhine, Flohr, Lásker y otros ases de primera línea. En este certamen, además, derrotó a Alekhine. Fue el último torneo importante en que salió vencedor.

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Falleció en Nueva York, el 8 de marzo de 1942.

 

Su estilo de juego, con un fino sentido en el arte de la simplificación, fue un auténtico prodigio. Jugaba con gran facilidad y dominaba perfectamente los finales y el juego posicional.


Esta mencionada y evidente facilidad fue su mayor defecto, al mismo tiempo.

En su match con Alekhine, disputado tras su contundente victoria en el gran torneo de Nueva York de 1927, delante de Alekhine y otros ases del momento, le hizo acudir a Buenos Aires sin la debida preparación.

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Apareció fatigado en muchas partidas, malogrando posiciones ganadoras, ante el asombro de todos.

No era un auténtico profesional y esto representó un hándicap cuando se enfrentó a la voluntad indomable de Alekhine.

Pudo haber sido mucho más en el ajedrez José Raúl Capablanca, al que quizá le faltó afición, como suele ocurrir con los niños-prodigio al hacerse adultos.

Pero, de cualquier modo, en la historia del ajedrez tiene un lugar de honor con categoría de verdadero genio. Entre sus obras destacan Ajedrez Fundamental y Mi carrera ajedrecista.

 

Veamos una muestra de su juego, en una de sus mejores producciones, en el citado Torneo de Nueva York, de 1927.


Comentarios a la partida:

4. e3... Esta continuación, en el gambito de dama, es menos incisiva que 4. Ag5 o bien 4. Cc3 Ae7 5. Ag5, pues el A.D. blanco queda encerrado y, por otro lado, las negras tendrán la facilidad de liberar pronto su juego, con la reacción c5.

7. ... Ca6! Refuta el cambio realizado por su adversario, al activar notablemente su desarrollo de piezas.

10. cd5... Otra jugada floja. Mejor hubiera sido 10. b3 para seguir con 11. Ab2.

13...Df6! Con sus lógicas jugadas, Capablanca ha logrado adelantarse en el desarrollo de piezas y su posición, por lo tanto, es dominante.

18...Cxe1! Salta a la vista la habilidad de Capablanca al realizar los cambios de piezas, como en este caso en que deja a las blancas con su inactivo alfil.

19...Tac8 Compruébese que todas las piezas negras, una por una, están mejor situadas que las del bando blanco. Y esto ante un experto de las aperturas como Nimzowitch, uno de los mejores jugadores de la época y uno de los creadores de la Escuela Hipermoderna.

21. g3... Si 21. b4 Ad6! 22. g3 De4! desorganizaría el juego blanco, por las amenazas 23... Dxb1 y 23...Tc2.

21...Dd5! Capablanca completa su maniobra con la dama, con la que afianza su dominio de la columna de dama, que le asegura una abrumadora ventaja posicional.

23...Da2! Comienza la ofensiva, al amenazar 24 ... a5!, atacando el único punto vulnerable de las blancas: sus peones del ala de dama. Observemos que la retirada 22 ... Af8! evita ahora la reacción 24. Dg4.

25. Ad4... Si 25. Tac1 a5! lo que impiden las blancas, pero a costa de permitir la penetración en la séptima línea de la torre enemiga.

26. Da6... No servía 26. Df3?, por 26 ...Txd4 27. Teb1 Dd3 28. Td1 De4!, pero, a pesar de su absoluta pasividad, quizá hubiera sido mejor 26. Df1.

26...e5! Fuerte sacrificio de peón, a fin de doblar las torres en la séptima línea.

28. Db7... Súbitamente las blancas tienen grandes problemas. Si 28. Tf1 Dxe3! 29. Af4 .... (a 29. fxe3 Tg2+ y mate en dos jugadas) 29... , Txf2! ganando, mientras que, si 28. Df1 Dd5 29. Ad4  Df3. Finalmente, si 28. Tac1 Txf2 29. Txc2 Dxc2.

30...Txh2! El golpe sutil que decide la lucha. Observemos que no es posible ahora 31. Axh2, debido a 31 ... Dxg4+ 32. Rf1 Dh3+! 33. Rg1 Dxh2+  y 34 ... Df2++, o bien 32. Rh1 Dh3!, que también conduciría al mate.

31...Thg2+! Fuerza una simplificación que deja a las blancas con un final sin esperanzas.

32. Dxg2... Claro está que, si 32. Rf1 Dc4+ y, si 32. Rh1 Dh6+.

33...Dxg4 La partida está sentenciada. El resto es simple cuestión de técnica para Capablanca.

41...Rh7 y las blancas abandonaron. Sus peones son vulnerables y las negras se impondrían con el oportuno avance de sus peones pasados de TR y CR con facilidad.


Una clara muestra del sencillo y elegante juego de José Raúl Capablanca.


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